CENOTES ANTIGUOS
Por su edad, estos cenotes se encuentran completamente abiertos a la superficie, pareciendo incluso lagos de paredes altas en medio de la selva maya. La flora no sólo crece a su alrededor, en ocasiones llega incluso a florecer en medio del cenote. Se ven como pequeños islotes creando ambientes naturales para explorar mientras nadas. Normal son los de mayor diámetro por lo que deslizarse en tirolesa de un lado al otro y aterrizar en el agua es una actividad que no puede faltar. En ocasiones, estos cenotes tienen una fauna muy extensa como peces, ranas y aves, además del pájaro Toh, guía de los exploradores en la selva.
CENOTES ABIERTOS
Los cenotes abiertos brindan uno de los mejores paisajes para realizar actividades al aire libre en la Riviera Maya, ya que su abundante flora y fauna genera un ecosistema único. Sus altas paredes se alzan imponentes desde el nivel del agua haciendo del sitio un lugar fascinante para todos aquellos con espíritu de aventura. Estos cenotes son ideales para nadar, remar en kayak o simplemente recostarse boca arriba y ver cómo el cielo abierto se asemeja en inmensidad a este lugar escondido entre la selva.
CENOTES DE CAVERNA
Estos cenotes tienen el contraste de dos mundos: una parte se encuentra abierta y la otra corre debajo de una superficie que en ocasiones crea una caverna con formaciones rocosas increíbles. El fondo del cenote también tiene dos ecosistemas distintos. Por un lado se pueden ver entradas por donde emana el agua de los ríos subterráneos, mientras que del otro lado se encuentra tierra fértil que se sumergió al derrumbarse la bóveda del cenote, creando fascinantes jardines de lirios subacuáticos. Aquí es muy común ver golondrinas hacer sus nidos en los huecos naturales de la piedra caliza, por lo que se debe ser muy silencioso al disfrutar de este paisaje natural. Si la geografía lo permite, estos
cenotes de la península son ideales para aventarse desde las plataformas naturales y practicar esnórquel.
CENOTES SEMI-ABIERTOS
Como su nombre lo indica, estos cenotes están cubiertos bajo tierra a excepción de una pequeña abertura en el techo de la bóveda. Para llegar a ellos, por lo común es necesario recorrer una gruta o descender por caminos escondidos hasta llegar a una bóveda donde emana agua color turquesa que colorea todo el techo lleno de estalactitas. Aquí comienza el misticismo que figura una entrada al Xibalbá. En estos cenotes es muy común ver murciélagos colgados de las formaciones rocosas así como grandes raíces llegar hasta el agua desde el techo de la bóveda. Para llegar a la mayoría de ellos es necesario practicar espeleobuceo. Sin embargo, para los menos intrépidos, estos cenotes son ideales para practicar rappel o simplemente meditar un momento.
Más allá de sus formas, los
cenotes de la península obtienen relevancia dependiendo de la leyenda o historia que se conozca de ellos. También los hay sagrados, pues se cree que los mayas entregaban ofrendas de agradecimiento a la abundancia. Se sabe que unos seres sobrenaturales llamados aluxes cuidaban los accesos del área maya al Xibalbá y había una íntima relación con ellos.
Dicho lo anterior, se sabe que la visita a un cenote desprende interrogantes más allá del paisaje natural que observamos. Hay un concepto sagrado que inquiere directamente en la percepción del visitante, desde su purificación, hasta el respeto a la cultura y simbología.
El cenote es vida; vida que se esconde en la riqueza de su contexto cultural. Respetemos su historia, y el cenote se encargará de devolvernos belleza natural. De este modo, incluso nos da la oportunidad de encontrar también un cenote en el alma de cada uno.
¿Ya conoces alguno de los cenotes de la Península de Yucatán?